20 noviembre 2013

Castrojismo institucional



nada más lejos de la ciudad ideal platónica, encantadoramente antidemocrática y desigualitaria, pero tan harmónica a la vez... donde la educación es la base sobre la que se construye y el trabajador virtuoso es sobrio y obediente... como Decathlon democratizó el deporte, nuestro sistema educativo ha democratizado las instituciones... el castrojo es el espécimen predominante en calles, tiendas, oficinas, escuelas, juzgados, ayuntamientos, presidencias... castrojos en los sindicatos, castrojos en la patronal... ha llegado el castrojismo...

instituido pues, pongamos un castrojo al mando de cientos de cuadrillas... despidamos al albañil virtuoso, al jardinero virtuoso, no son de los nuestros, son profundamente antidemocráticos...

la tala de eucaliptos centenarios en el Parque de María Luisa no cesa... almadías por el Guadalquivir... enfermos terminales a siglos vista y demasiado caros... en el parque nadie oirá sus gritos...

dale a un castrojo una máquina potente y espera un trabajo fino... y sigue esperando... y sigue esperando... y sigue, sigue, sigue esperando...

Parque de los Príncipes... de uno en uno, de tres en tres, de cinco en cinco y a echarle la culpa al picudo rojo aunque no sean palmeras...

Los Remedios y el nuevo carril cicletista para New Tablada...


caída en La Raza de la rama de un laurel de Indias...
(Foto: AURORA FLÓREZ, ABC de Sevilla)



en el Parque de los Príncipes un domingo cualquiera...
cuando una única rama cae en un parque y nadie la oye, ¿hace ruido?... sin mediar temporal y de un ejemplar sano... falta un mantenimiento, una previsión, un diagnóstico, una ortopedia, una poda adecuada...

camino hacia la casa de mis padres y nada más entrar en el Parque... somos asaltados por un camión de riego de lipasam, que nos pone pingueando los zapatos, a mí y a un grupo de turistas... nada ni nadie lo desviará de la sinuosa trayectoria adquirida para esquivar la montaña de cagajones que han dejado los caballos de la policía... el cagajón antes que las personas, un privilegio adquirido en esta ciudad... lo persigo pero ese pedazo de castrojo no piensa parar... no sería nada democrático...