11 abril 2012

i-Semana Santa

orténtico pograma de Casa Ricardo, 1991...

cuando en Casa Ricardo se podía comer crocretas sin utilizar los codos... nadie hablaba de patrimonio humano... perdónenme ustedes pero era imposible tanto mariconismo... se hablaba de estación de penitencia, no de excursión al campo un día de primavera... señores, que los nazarenos han ido de toda la vida descalzos por la calle... y además cubiertos...

en una sociedad acarajotada con los aparatitos... donde el personal se mueve por gps y las tonterías ya no se dicen ni se cuentan sino que se dejan por escrito en una red social... cualquier pollardada adornada de trending-topic es capaz de arruinar los más sagrados ritos consuetudinarios de esta ciudad... me pregunto si se puede vivir con la conciencia tranquila tras descargar una aplicación de Semana Santa para el móvil, semejante oprobio no cabe en mi cabeza...

y dónde quedó el patrimonio humano este Domingo de Ramos... pues pingadito por San Julián mientras se lucía un poco al Cristo en el escaparate... señores, un buen plástico como toda la vida... tampoco el parka rapero que le endosaron al Cristo y al Caifás... mucho diseño pero los que bien resguardados iban eran los malos, el trono y el negro... con su buen plástico... y a buscar refugio, qué rancia expresión... luego, el regreso a su templo a paso de mudá y sin tambores, seamos serios...

el cangrejero siempre fue el clásico personaje destinado a ser inmortalizado por su mote... el chino, el albure, el de la raya en medio... su actitud de implicación y máximo respeto en el interior de la cofradía hacía imposible cualquier reproche... pero en este ambiente degenerativo de absoluta permisividad, el cangrejero se diluye en una metástasis de anónimos porculeros que ahogan el paso de las cofradías e insultan la memoria de Antoñito Procesiones... los Panaderos al medio como antes...

siempre hubo clases... como dejó patente Villanueva en San Bernardo... la democratización de la Semana Santa es como el patrimonio humano, otro mariconismo... que la experiencia es un grado... y para grado, el máximo, la Vera Cruz... sólo quien asistió al prodigio de su encuentro la noche del Lunes Santo, debiera hablar... que callen los que no sintieron el escalofrío de la oración al fugaz paso de la madera de la Cruz...

una Semana Santa sin estridencias, sin avispero de cornetas en Campana, sin costal do Brasil, sin sillas de los chinos, sin muslamen ordinario a granel, sin botellonas con chaquetita... otra Semana Santa es posible... y la mía ya estaba hecha de vuelta por Jesús de la Vera Cruz...

maravillosa foto de Antonio Pizarro...