25 marzo 2010

Groma
Miedos

los miedos de mi niña se complican... antes eran monstruitos de cinco patas, arañas peludas, perros sarnosos y otros animales domésticos a los que fácilmente engañábamos y encauzábamos por la senda del bien...

(23/dic/08)
documento original aquí

ahora no tienen patas ni rabos...
ni se matan con piedras ni palos...
la otra noche la oímos sollozar en la cama... había dormido una siesta larga y no conciliaba el sueño... así que su madre la trajo a nuestra cama...
-por qué lloras, hija...
-porque he pensado una cosa que no puedo decirla...
-cuéntasela a mamá que sabe más que tú y te puede ayudar...


(20/mar/10)
documento original aquí
-es una cosa que le pasó a la bisabuela pero que le pasa a otra persona...
-pero esa persona se irá al cielo como la bisabuela y allí estará feliz...
-¡pero no se pueden ir al cielo si las entierran!...
ahora entro yo...
-se entierra el cuerpo, que en el cielo ya no sirve para nada... al cielo sube el alma... bueno también se pueden dar los... el corazón, el hígado, los ojos... en los hospitales hay muchos niños enfermos que los necesitan...
-PAPÁ...
(esta es mi mujer...)

15 marzo 2010

There's always something to remind me

siempre hay algo que me recuerda... que todo buen álbum debía llevar una cartulina gorda de un color diferente al resto de las hojas... si no era suficientemente gorda, se arrugaba al pegar con cola blanca el cordón trenzado que hacía de ribete... la elección de éste era crucial...
solía pasar que inmersos en la cordonería Alba, los voluntariosos padres sucumbían al síndrome de Stendhal y en su enajenación los elegían suntuosos y ordinarísimos... para evitarlo, mi madre me lo compraba en la discreta cordonería sevillana del Paseo Colón, hoy estudio de arquitectura pero que aún conserva sus rótulos y carteles...
para la encuadernación, el fastener quedaba demasiado moderno y la guita de cáñamo demasiado rústica... en papelería Ferrer vendían unas grapas remachadas con un floripondio que tenían el punto justo... y aprovechando la visita comprábamos los orténticos sellos de Semana Santa... ¡qué me arrepiento de haberlos pegado en aquel álbum!... porque había dos tipos de álbumes: los malos, con fotos de periódico, postales, sellos y fotos caseras... y los buenos, con estampitas oficiales compradas en las iglesias... D. Manuel Romero me puso un 7... y el mío era de los malos... pero estoy seguro que aquella foto que le hice en la esquina de Jesús del Gran Poder con Santa Bárbara... donde nació mi padre... a ese pedazo de romano del Buen Fin con el pergamino reliao... me dio trech puntos por lo menos...

siempre hay algo que me recuerda... que en los concursos de Semana Santa, hoy "cultura cofrade"... siempre caía el autor del Cirineo de San Isidoro, que me lo sabía ferpectamente... pero nunca gané...
porque no me sabía ni un bordao... y de orfebrería menos todavía...
ahora bien, los de pasitos en miniatura los ganaba todos... ¡todavía los gano con mis sobrinos!... y si Dios quiere los ganaré con mis hijos...
D. Manuel Romero nos subía a la tarima para hacer recreaciones de todos los misterios... siempre quise que me tocara el Pilatos presentando al pueblo de San Benito... o el romano de la caña con la pata en alto del Valle... pero qué va... un folio enrrollado en la mano derecha y...
pedazo de romano del Buen Fin con el pergamino reliao...
siempre tuve el brazo de hierro... pero entonces tenía nueve años...

siempre hay algo para recordarme... que tengo que ir San Antonio de Padua... que comienza mi Semana Santa... pero ésa la guardo para mí...

05 marzo 2010

Calentón de vísperas

Lo rancio es ocupar un cuarto de baño ajeno...
Rancio ocupa
Cierto rancio acudió a enorme piso dúplex en Reyes Católicos...
a un cumpleaños canapero de alto copete, pringue en las yemas y papel de estraza rifado... del que siempre acaba escondido en el bolso de una señora con el centro de gravedad bajo y moño...
El citado personaje era un rancio olisquero ya cuarentón...
un degenerado con una enfermiza fijación por las bragas de las lacias...
pero con magnífica reputación dentro del mundo cofrade...

Y allí apareció la hija menor de los anfitriones, que era más lacia que Tamara Falcó y estaba mucho más buena... que ya es decir...
Llevaba faja de ballenas ajustada bajo la falda, que para más inri crujía como un barco velero bergantín... Tomando la iniciativa, cruzose el rancio con ella en la puerta del office, hizo por rozar y rozó... comprobando con la tan su sensible sonda que la faja estaba tensada en astilleros...
No pudo más y decidió pasar a la acción: preguntó dónde estaba el cuarto de baño y fue grata sorpresa descubrir que se encontraba upstairs en la planta superior... Allí entró nuestro rancio, echó el pestillo y sintió un escalofrío de libertad... Abrió un cesto de mimbre y una sonrisa se dibujó en su cara al comprobar que la colada aún no estaba puesta ...

Pasaron diez minutos del tiempo reglamentario cuando alguien llamó a la puerta... ¡Ocupado!, avisó el olisquero... Tras un tiempo prudente los nudillos volvieron a tocar... ¡¡¡Ocupado!!!...
-¡Oiga!, le espetaron... -¿Es importante?, preguntó el rancio...
-Grave no es... pero la señora se está jiñando downstairs y comienza a gasear... al rancio se le cortó todo el punto. Salió secándose la frente muy dignamente con el pico de un pañuelo blanco amarilleado a marfil...

De vuelta al salón en la planta baja, sintió cercanos los crujidos de la faja y no pudo sino sacar la antena para captar la voz de pito de la lacia...
-No, osea, pero es que yo vivo en un loft de Julio César... desde hace ya tres años, sabes... vamos que esta casa es ya... pues... a casi todos los efectos... es la casa de mis padres, ¿sabes?... eso es...
Nuestro rancio se dirigió a la barra sin perder ni un ápice la compostura...
pidió una tónica para, a continuación, salir al balcón... y restregarse compulsivamente el limón empapado por todo el rostro, mientras alternaba rítmicamente inmensas bocanadas de aire y gorgoritos con tónica schweppes... Una vez saneado se deshizo de la muestra...

Casas Viejas
Si creyeron que nuestro rancio olisquero se iba a dar por vencido, se equivocan... Abandonada la fiesta en el lujoso dúplex de Reyes Católicos, encaminó sus pasos con ánimo de revancha hacia la playa de Chapina en busca de mujer fácil... Y con la autoridad que le otorgan sus más de veinte años en el ejercicio de la cirujía, ahí tenemos a nuestro rancio olisquero: deslizando piernas abajo y con habilidad el tanga rojo de la señorita, para colocárselo a continuación a modo de mascarilla...
Llega la hora de picar espuelas; el rancio siempre abajo pues nunca ha de pagar por trabajar... Veinte años poniendo enemas en quirófano... han hecho de nuestro rancio un hombre muy limpio para sus cosas... hay que buscar algo para poner entre su rancio culo y la húmeda hierba...
El rancio ve unos cartones y los acomoda. Comienza la acción...

De repente, nuestro rancio bajó la mirada del precioso cielo estrellado de Sevilla y se percató de que un vagabundo miraba expectante el apasionado rodeo... -¿Algún problema?, preguntó el rancio...
-Ninguno, ninguno, ustedes sigan, contestó el vagabundo... sólo que si cuando acaben van a echar un cigarrito... porfavó tené cuidao de no quemarme la casa... Al rancio se le volvió a cortar el punto.

Cargado de amor
Para un verdadero rancio, Sevilla es un circo de tres pistas...
y nuestro rancio olisquero no iba a dar su brazo a torcer... sobre todo cuando sólo con un suave movimiento cadencioso podía obtener el tan ansiado beneficio para sus maltrechos gametos...
Amor de Dios, Sala X...
sentose el rancio cumpliendo las normas básicas de seguridad del
Protocolo de Archidona, a saber: cada cinco asientos y al tresbolillo...

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Vana ilusión... Temíase que mucho era el amor que cargaba pues tremenda era la hinchazón... y llevaba toda la razón...
Más veces la veía, mucho más se encendía: llegó la escena, su escena...
en la que John C. Holmes abofeteaba a Linda Lovelace sin manos...
Nuestro rancio, en las suyas de él se encomendó...
Tanto amor desparramó y fue parábola tal... que sobrepasados los límites de la zona de seguridad... se produjo la mojá...

Mas hubo mediación rápida de la dirección,-¡Señores haya calma!...
Estamos ante un hecho que no sólo sentará jurisprudencia, sino que también dejará su rúbrica en el libro de los records... ¡atención por favor todo el mundo!... ¡¿hay algún notario en la sala?!...
preguntó el dueño del cine... -¡¡Yo!!... -¡Yo también!... -¡No, yo, yo, aquí!...
-¡Orden, orden!
, moderó... 1, 2, 3, cuatrcinqseeeeeeeeee... -¡¡¡Ya!!!.
-Ventitré, venticuatro, ventisinco y la pirula, ¡usted, habemus notario!.
-Doy fe, doy fe... y mi enhorabuena al fenómeno...
Todos se fundieron en un abrazo...
entre el público alguien se identificó como miembro del Guinness World Record Management Team y felicitó a nuestro rancio...

Ya de vuelta al calor del hogar, una sopita caliente lo esperaba...
-Mamá... puedes estar orgullosa de tu hijo...
-¿Tienes novia ya?
, le preguntó su madre...
-No, pero he firmado un contrato para hacer cine... y seguro que ahora me salen muchas... ¿te he dicho cuánto me gusta tu sopita de estrellas?...
-Anda, hijo, duérmete...
Se apagaron todas las luces...
-¡Mamá!... ¡¡mamá!!... ¡la luz del pasillo!...

Epílogo
¿Por qué a los rancios le gustan las lacias...
y a las rancias no le gustan los lacios?...

A MI ADMIRADO rascaviejas